Al grupo de deportistas que el jueves 24 de noviembre se reunieron en el IUGR a conversar con el público, a compartir experiencias, los une además del amor y la pasión por el deporte, el haberse convertido en personas extraordinarias aceptando las diferencias.
En un ámbito académico, se juntaron Yanina Martínez, atleta paralímpica ganadora de una medalla dorada en los Juegos Paralímpicos de Río 2016, un hecho que hacía 30 años no se alcanzaba; Facundo Arregui, nadador que sorprendió en los juegos juveniles de hace tres años y que también representó a nuestro país, obteniendo un diploma de honor, en los últimos Juegos y Jennifer Dahlgren, quien superó su derrota en Londres 2012 en la disciplina Lanzamiento de Martillo, viajó a Río este año y además escribió un libro de cuentos para “hablar de las cosas que me interesan”.
A su lado también, las voces de profesionales de la actividad física y la kinesiología que con su trabajo potencian lo que estos deportistas traen consigo. La Lic. Romina González es la primer kinesióloga que pudo viajar con sus atletas a un Juego Olímpico. “Vi una oportunidad y la aproveché”, dirá Romina mientras relataba su camino de esfuerzo, estudio y dedicación que la ubican hoy en el lugar de reconocimiento profesional.
Silvio Falconi, Kinesiólogo del Comité Paralímpico Argentino, ya lleva cuatro Olimpíadas en su haber. Quizás por su recorrido en neuro rehabilitación, es que hoy puede afirmar que ve las secuelas como una oportunidad. Y que “la rehabilitación kinésica no debe ser para toda la vida, sino dar lugar al trabajo con otras disciplinas”. Como por ejemplo, el deporte adaptado.
También compartió su experiencia Martín Arroyo, entrenador de Yani, quien resaltó que hace falta visibilizar aún más la performance de estos deportistas, y fundamentalmente destacó que “el éxito ocurre cuando los sueños son más grandes que las excusas, y para Yanina no hay excusas”.