El sábado comenzó a desarrollarse el IX Mundial de Pelota a Mano en Colombia, y nuestro docente de la sede Santa Fe, Gastón Pignatta, está representando a nuestro país tanto en este deporte como en su rol de kinesiólogo.
“Mi interés por la pelota a mano comenzó de muy chico, cuando tenía alrededor de 13 años, y jugaba en el CAE (Club Atlético Estudiantes de Paraná)”, cuenta Gastón, mientras recuerda que “Empezamos a jugar y se fue convirtiendo en una pasión y en vicio, cada vez jugábamos más”. Tuvo que abandonar este deporte cuando se fue a estudiar afuera de su ciudad y volvió, después de muchos años, en 2016: “Me fui integrando de a poco, primero era estudiante y después me fui relacionando con los otros clubes, como por ejemplo el Rowing, que siempre fue el que tuvo más nivel en Paraná, pero también con el Echagüe y el Pescadores”.
La pelota a mano es un deporte que no se juega profesionalmente, sino de manera amateur, especialmente en Paraná, Mendoza y Buenos Aires. “Nosotros jugamos en lo que se llama frontón chico, esa es nuestra modalidad, pero es netamente amateur”, explica Gastón. De todas formas, en el mundial van a enfrentarse con selecciones que sí juegan de manera profesional, como la de Francia, España, Bélgica y Holanda.
El docente cuenta que los beneficios de la pelota a mano son los mismos que brinda cualquier otro deporte, siendo el aspecto social uno de los más importantes. “Me pasó en el CAE, donde yo volví a trabajar hace más de un año después de mucho tiempo, casi veinte años sin jugar, y por suerte pude evolucionar bastante rápido hasta llegar casi al mismo nivel que tenía cuando dejé”. Además menciona la interrelación que se produce con los otros clubes de la ciudad de Paraná, “hay muy buena camaradería entre los diferentes jugadores de pelota a mano”, sostiene.
Gastón cuenta que su mayor aspiración es tratar de disfrutar plenamente este mundial y hacer las cosas lo mejor posible: tratar de que Argentina quede posicionada en todas las modalidades. “Nunca me imaginé llegar a esta instancia, menos después de haber abandonado la actividad durante mucho tiempo. Que me llegue esta oportunidad para mí fue un regalo inesperado, encima teniendo la posibilidad de actuar también como kinesiólogo. Es una experiencia única”, concluye.